sábado, 26 de noviembre de 2011

Camino de Santiago Francés - Primera Etapa

De Saint Jean Pied de Port (Francia) a Roncesvalles

Sábado, 22 de Octubre de 2011


      Una mañana expléndida de finales de Octubre en este pueblecito del pirineo francés, Saint Jean Pied de Port (Donibane Garazi en vasco), donde llegamos en coche desde la costa cantábrica a primera hora de la mañana. Llevaba unas semanas preparando este viaje desde Francia hasta Briviesca (Burgos), pero no estaban definidos todos los detalles. La primera idea era hacer el recorrido en solitario. Sin embargo, mi primo Estanis se ofreció gustosamente a acompañarme en esta primera etapa, la más dura de toda la aventura pero, a la vez, una de las más interesantes.



      Recogimos la credencial en la sede del Los Amigos del Camino de Santiago en Saint Jean, y tras comprar un poco de chocolate para el camino para unir a los bocatas que traíamos desde casa, emprendimos el camino hacia Roncesvalles con la mochila a la espalda. Se nos presentaba por delante una larga etapa, más de 24 Km y unas 7 horas de camino, con un desnivel de casi 1300 metros que salvar antes de alcanzar nuestro destino. Sin embargo, las inmensas ganas de empezar el Camino después de tantos dias preparándolo y la grata compañía con la que caminaba hacía que las dificultades no se notaran.

      Salimos de Sain Jean Pied de Port siguiendo la Ruta de Napoleón, así llamada porque fue la que utilizaron sus tropas en el siglo XIX para invadir España. Y enseguida nos encontramos con las primeras rampas.


      El paisaje era muy llamativo, plagado de pastos verdes y frondosos, y poco a poco dejábamos Saint Jean atrás, a nuestros pies, entre sonidos de escopetas de caza intentando abatir palomas a su paso por estas tierras en su migración hacia lugares más cálidos.


      Las largas y empinadas rampas dejaban atrás los apostaderos de los cazadores en Hunto, y nos alejaban, paso a paso del refugio Orisson. Habíamos recorrido el primer tercio de nuestra ruta tras unas dos horas y media desde que salimos de Saint Jean, y tan sólo nos encontramos con un par de grupos de peregrinos


      En las inmediaciones del lugar donde se venera a la Virgen de Biakorre, el espectáculo natural es sobrecogedor. Esta imagen panorámica no hace justicia a lo que la Naturaleza nos permitió disfrutar a casi 1100 metros de altura, pero al menos sirve de recuerdo de aquella sensación


Los pastos de estas alturas sirven de alimento a la ganadería de la zona, representada por vacas y caballos, además de ovejas de cuya leche se prepara el queso Ossau-Iraty que recuerda al queso del Roncal.


      Un dia de Octubre increible, con una luz y una temperatura idonea para estar recorriendo esta etapa pirenaica del camino de Santiago. Tras cuatro horas y media de ascensión, decidimos parar a la vera de las ruinas del Château-Pignon, resguardado del viento que ascendia por las laderas montañosas, para almorzar tranquilamente nuestros bocadillos de tortilla francesa con tomate natural, manjar de dioses a esas horas y en este paraje donde no hay ningún lugar donde avituallarse. Frente a nosotros y en exclusiva, la imagen de un profundo valle pirenaico donde varias rapaces sobrevolaban las laderas en busca de alguna presa sobre la que precipitarse.


      Ya habíamos recorrido la mitad de camino para llegar a Roncesvalles, pero todavía nos quedaba alcanzar primero el Col de Bentartea y después el alto de Lepoeder antes de comenzar el descenso hacia nuestro destino final. Así que, a pesar de la pereza para reanudar la marcha, nos pusimos en camino en cuanto se refrescaron los pies de Estanis.


      Y llegamos a la cruz de Thibault, donde nos salimos de la carretera asfaltada para seguir nuestra ruta por una senda bien señalizada. Paramos a un pastor, modernizado sobre su moto de trial, para preguntarle por un lugar donde aprovisionarnos de agua, y nos comentó que estábamos a unos 2 Km de la Fuente de Roldán. Así que seguimos nuestro camino, coronamos el Col de Bentertea, donde un refugio de pastores se levanta al abrigo de las peñas, y llegamos a la fuente de Roldán, donde una inscripción en una losa nos indica que estamos a 765 Km de Santiago de Compostela. A partir de allí, y hasta Lepoeder, nos irían señalando el camino 87 postes indicadores, que fuimos contando alegremente.


      Encontramos la frontera entre Francia y España pocos metros más adelante, y comparar lo que era la frontera antes de ser parte de la UE a lo que es ahora, un mojón de piedra a la orilla del camino, te hace recapacitar en lo que ha cambiado este país en los últimos 25 años. Una encrucijada de caminos en mitad del monte, con un indicador más complejo que los de Times Square en Nueva York, nos anuncia que ya llevamos recorridos 2/3 de la ruta, y que Roncesvalles se encuentra a tan sólo 8 Km de distancia, 5 Km de descenso más allá de Lepoeder.


      Seguimos subiendo, paso a paso, entre hayas centenarias y mullidos musgos, disfrutando del entorno a pesar del esfurzo que había supuesto llegar hasta allí.


      Las últimas rampas antes de llegar a lo más alto de la etapa se hicieron largas, más por el cansancio acumulado que por la distancia en sí. Algunos tramos tenían una pendiente pronunciada, pero después de pasar las rampas del comienzo de la etapa, esto "casi" era plano.


      Lepoeder, la cumbre de nuestra etapa, con una altura de 1429 metros, punto compartido por las rutas GR 12, GRT 7 y del Camino de Santiago. Llegamos allí tras 6 horas y media de camino, cansados, pero a la vez satisfechos, sabiendo que Roncesvalles estaba a tiro de piedra.


      Una vista extraordinaria desde lo más alto del "Collado Hermoso", que es lo que significa Lepoeder, con bosques de hayas arraigados en las dos vertientes de la cuerda montañosa y la vista de Roncesvalles al fondo, difuminado por la bruma y el contraluz.


      Y tras una breve conversación con un par de peregrinos de más allá de nuestras fronteras, emprendimos el descenso, complicado en los primeros metros, a través de un espectacular bosque de hayas hacia nuestro destino final. Una luz embrujadora envolvía el bosque, silencioso y atractivo, donde el otoño había pintado los árboles con su paleta de dorados y ocres, y la hojarasca cubría el suelo como si de un manto rojizo se tratara.




      Los pies notaban el esfuerzo realizado durante los kilómetros recorridos, y ya estaban deseando llegar al albergue de Roncesvalles, donde desprenderse de los zapatos que les apresaban y refrescarse con un chorro de agua fresca bajo la ducha. Poco a poco, y casí sin darnos cuenta, el bosque de hayas fue cambiando, dejando paso a robles y acebos, y de pronto vislumbramos los tejados del Monasterio de Roncesvalles, al que llegando tras pasar sobre un arroyo. Habíamos llegado a nuestro destino !!!!!.


      Tras registrarnos en el albergue y adecentarnos un poco, fuimos a reponer líquidos en una de las cantinas compartiendo mesa con los lugareños. Luego cenamos el Menú del Peregrino en compañía con unos músicos de Vermon (USA) que estaban de paso camino de París, y enseguida nos fuimos al albergue a reponer el cansancio acumulado en unas estupendas literas.


      "Hoy comencé el Camino desde Saint Jean Pied de Port, y he recorrido 25 Km y salvado 1300 metros de desnivel, cruzando la frontera navarra entre Francia y España. Un dia fantástico, un paisaje espectacular y unos hayedos sobrecogedores... Inolvidable. Ahora a cenar para acostarnos pronto y salir mañana dirección Pamplona... Ya veré hasta donde llego... Estanis, mi primo político, se vuelve a su casa, asi que mañana voy de compañero conmigo mismo..." Roncesvalles, 22-Oct-2011



Próxima etapa: Camino de Santiago Francés - Segunda Etapa. De Roncesvalles a Larrasoaña

Entrada anterior: Camino de Santiago Francés - Desde Francia a Briviesca en 10 etapas



2 comentarios:

  1. Me da una envidia como no te la figuras.

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  2. Pues nada, Jose Luis, ya sabes... la próxima vez, vente conmigo !!! Verás que experiencia más interesante...

    A.

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